viernes, 13 de mayo de 2011

Entendiendo la sociabilidad del Síndrome de Williams

Es de todos conocido que una de las características muy mencionadas y que llaman mucho la atención es la sociabilidad con la que se manejan las personas con Síndrome de Williams, rasgo que parece estar presente sin falta en todos ellos. 

El siguiente artículo habla sobre una investigación llevada a cabo en Estados Unidos en la Universidad de Stanford, que podría ayudarnos a comprender de manera simple porque nuestros hijos actúan de esa manera.
Se ha llegado a sugerir que los sujetos con Síndrome de Williams pueden ser mejores que el resto de individuos en cuanto a captar información social en las expresiones faciales. 

La sociabilidad es un rasgo que, rotundamente, no les falta nunca a las personas con Síndrome de Williams. Por el contrario, estos sujetos son invariablemente sociales, tanto que a menudo se acercan a personas a las que no conocen de nada y entablan conversaciones con ellas. Ser excesivamente sociables a menudo les lleva a confiar en quien no debieran y a ponerse en situaciones de riesgo.
Brian Haas (Universidad de Stanford) y sus colegas razonaron sobre la cuestión, llegando a la suposición de que el vínculo entre la sociabilidad estereotípica relacionada con el Síndrome de Williams, y la anomalía genética causante de esta alteración de la conducta podría estar mediado por una región a gran profundidad en el cerebro, llamada amígdala. Esta estructura con forma de almendra y del tamaño de un cacahuete, es conocida por ser crucial para las tareas de procesamiento social y emocional, como por ejemplo la lectura de las expresiones faciales y de la voz. Una lesión en la amígdala puede provocar que una persona pierda su habilidad para hacer evaluaciones rápidas de si el individuo que tiene delante parece tener buenas o malas intenciones, una habilidad que ha tenido implicaciones de vida o muerte a lo largo de la historia evolutiva humana, y que aún hoy nos resulta importante.
Los investigadores han comprobado que ciertas partes de esta región cerebral en particular reaccionan en los pacientes con Síndrome de Williams más enérgicamente al ser expuestas a expresiones faciales que transmitan emociones positivas, que en sujetos normalmente desarrollados, o que en individuos con retardos en el desarrollo no provocados por el Síndrome de Williams.
Trabajos anteriores realizados por otros investigadores habían ya demostrado que la amígdala de los pacientes del Síndrome de Williams responde menos vigorosamente a los estímulos cargados negativamente (como un rostro exhibiendo una expresión de temor) que la amígdala de las personas normalmente desarrolladas. El nuevo estudio también confirma este hallazgo, y además muestra, por vez primera, que la exposición a expresiones faciales positivas induce en estos individuos un salto en la actividad de la amígdala que no se registra en cambio en los voluntarios sanos del grupo de control.  
 Artículo publicado en Solo ciencia


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